La Gaceta

EDUCACIÓN EMOCIONAL Y PANDEMIA

La cuestión de la “inteligencia emocional” está signada por complejas encrucijadas. No dependen de "fundaciones" o de proyectos de leyes. Las emociones son parte, hoy, de una profunda incertidumbre acerca del temor a la muerte y de la expectativa de si la actual sociedad, a través de su actual organización social, podrá superar o no a la pandemia. La emoción, en el pasado, a pesar de las carencias de gabinetes psicopedagógicos, era contenida por el afecto incondicional del docente. Hoy, esa contención docente, es diezmada por la zozobra al contagio y padres que decidieron no mandar a sus hijos a las instituciones educativas. Un abrazo, en las actuales circunstancias, se ha vuelto peligroso. En niños y adolescentes, en general, predomina el “silencio”. Observan y procesan, de manera traumática, la incierta y dolorosa realidad. Sus interrogantes, por el momento, quedan para el fuero íntimo. La educación, en la actual crisis humanitaria, ya no puede volver al pasado. Es parte de la "vieja normalidad" frente al teletrabajo o "modelo de trabajo híbrido". El rol docente, además de su materia, es explicar la actual transición compleja cuya perspectiva se dirige, en mi opinión, a una nueva sociedad que se desconoce y cuya estabilidad, por el momento, es el día a día. La educación emocional, en este cuadro traumático, pasa por la necesidad inmediata de implementar inmediatamente gabinetes psicopedagógicos en cada escuela..

Pedro Pablo Verasaluse pedropabloverasaluse@gmail.com

OPINION

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2021-06-21T07:00:00.0000000Z

2021-06-21T07:00:00.0000000Z

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