El obispo pidió fraternidad para enfrentar los desafíos

Numeroso público asistió al izamiento de la bandera en la plaza Independencia y luego coincidió en los elogios para la homilía de Roberto Ferrari

La agenda matutina de festejos por los 212 años de la Revolución de Mayo culminó con el solemne Te Deum en la Iglesia Catedral. La ceremonia fue encabezada por el obispo auxiliar, monseñor Roberto Ferrari, quien citó al papa Francisco al compartir el mensaje en homenaje a la Patria. “Conocernos como pueblo es ser conscientes de algo más grande que nos une, algo que no puede reducirse a la identidad legal o física compartida”, expresó.

La misa comenzó a las 9 pero hubo quienes, desde minutos antes, aguardaban afuera del templo para presenciar el ingreso de la banda militar. “Como años anteriores no se pudo, es bueno que se vuelva a hacer una ceremonia como esta en la Iglesia”, sostuvo Inés Usandivaras, quien pasaba por la Catedral antes de ir a trabajar. Otros tucumanos, en cambio, habían participado del izamiento de la bandera en la plaza Independencia y desde allí se trasladaron directamente a la ceremonia. “Siempre venimos con mi marido a los actos, uno tiene el sentimiento patriótico muy incorporado en la sangre”, compartió Carolina Olaya, mientras caminaba por la 24 de Septiembre en dirección a la Iglesia.

APRETÓN DE MANOS. Ferrari, obispo auxiliar, y el gobernador Jaldo.

En el inicio de la homilía, monseñor Ferrari recordó la importancia del Te Deum, que significa “A ti, Dios” en latín: “es un himno de Acción de Gracias que acompañó a la Patria desde el comienzo de su proceso de independencia, La Junta de Mayo, que asumió la soberanía del pueblo, ordenó esta celebración con la mayor solemnidad posible y se celebró en la Catedral de Buenos Aires el 30 de mayo de 1810”.

Mencionó que la gesta de Mayo impregna la era moderna y que es fundamental dar paso a una civilización nueva. “La era moderna,

sobre todo con los baluartes de la igualdad y la libertad, necesita más que nunca el impulso renovado y convencido de la fraternidad para enfrentar los nuevos desafíos que tenemos por delante”, expresó Ferrari. Lo escuchaban, desde distintos bancos y separados por el pasillo, el gobernador Osvaldo Jaldo y el intentende Germán Alfaro, para quienes esa exhortación pareció no surtir efecto (ver nota principal).

Ferrari llamó a construir una dignidad compartida. “Que intente salir de la cultura del descarte, que considera a los ancianos, los

FRENTE A LA CATEDRAL. El público aplaudió el paso de la banda militar.

desocupados, los discapacitados y los no nacidos como sobrantes para nuestro bienestar”. indicó.

Muchas voces

Dentro y fuera de la Catedral vecinos y turistas acompañaron la celebración. La ciudadanía se encontraba envuelta en un sentimiento patriota fácil de reconocer. Algunos con escarapelas, otros con banderas y también estaban los que intentaban captar el momento con sus cámaras. “Siempre vengo a participar porque creo que es lo que debemos hacer. No hay que dejar que se

pierdan estas fechas tan importantes”, enfatizó Irma Valdez. “El acto y la ceremonia estuvieron hermosos, muy significativos. Por el tema de la pandemia es mucho más acotado el festejo, pero aún recuerdo los grandes desfiles que se hacían”, agregó.

Entre tantas camperas y abrigos, un gaucho capitalino presumía su vestimenta. “Vengo de celebrar un acto patrio. Nosotros los gauchos celebramos a los padres de la patria con solemnidad y seriedad”, sostuvo Miguel Ángel Andrade, con un tono de voz imperante y decisivo. Consideró que

es importante no dejar atrás el homenaje a los próceres argentinos. “Hay que tener la responsabilidad de vivir el homenaje y el recuerdo permanente de aquellos patriotas que formaron la Primera Junta. Es lindo traer ese recuerdo imborrable que todos los ciudadanos argentinos debemos tener”, manifestó, orgulloso de “mostrar la soberanía nacional” con su atuendo.

“¿Ya terminó todo?”, exclamó una mujer con una tonada llamativa. Efectivamente, Elsa Rivas, santafesina, llegó apresurada ansiando formar parte de la ceremonia. “Queríamos acercarnos a ver qué había, no sabíamos el cronograma, sino tal vez veníamos más temprano”, lamentó. “Queríamos volver a la Casita de Tucumán. Vinimos en tren, alquilamos un departamento y ahora estamos paseando un rato”, comentó.

Por su parte, Rodolfo Pereyra compartió: “aunque sean otros tiempos, hay que seguir reconociendo los logros de las personas del pasado”. “Es una fecha muy significativa para los argentinos, es importante festejarla porque así conseguimos la libertad”, destacó. (Producción periodística: Bárbara Nieva)