La Gaceta

La economía espera nueva lista de precios

La volatilidad en la cotización del dólar y la mayor emisión monetaria preanuncian que la inflación seguirá siendo alta. El Central sigue sacrificando divisas. Incertidumbre en el comercio minorista

MARCELO AGUAYSOL

Para sostener la cotización del dólar, el Banco Central tuvo que sacrificar U$S 450 millones de sus reservas en tres jornadas. Sin embargo, la divisa estadounidense no logra estabilizarse, mientras el Gobierno sigue apelando a una mayor emisión monetaria para cumplir con sus obligaciones. La designación de Silvina Batakis como ministra de Economía encontró a los agentes económicos con un mayor nivel de incertidumbre sobre el rumbo económico de la Argentina. Batakis pronosticó al menos “dos días” de turbulencias ante el recambio ministerial y durante la jornada mantuvo a su equipo monitoreando el comportamiento de todas las variables. Sin embargo, los economistas proyectan que la inflación está lejos de desacelerarse y, por el contrario, creen que a partir de la medición de este mes puede pegar un mayor salto. En Tucumán, en tanto, el comercio ha decidido colgar un cartel en sus vidrieras como una manera de cubrirse frente a tantas dudas. Los empresarios señalan que el cambio en Economía ha causado la desaparición de los precios de referencia por la incertidumbre ante posibles nuevas remarcaciones.

La inflación asoma como el mayor adversario que enfrentará la economía en la nueva etapa que se abrió con la designación de Silvina Batakis como ministra de Economía. El recalentamiento de precios se está produciendo, con la desaparición de valores de referencia frente a tanta incertidumbre por el rumbo que adoptará la actividad en la Argentina. Un dólar volátil; un Banco Central que sigue quemando reservas para sostener el tipo de cambio, además de emitir más pesos para que el Estado pague sus compromisos; un mercado en el que los activos siguen bajando; y una sensación general de incertidumbre son las señales que se observan en la economía nacional. La clave pasa esencialmente por revertir el deterioro de las expectativas a través de medidas que tiendan a normalizar, gradualmente, la macroeconomía. Ésta no cambió de una semana para la otra, pero la renuncia de Martín Guzmán ha sido un catalizador que aceleró aquel deterioro, advierte Jorge Vasconcelos, economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL).

Como se dijo, ese recambio se exteriorizó con la ampliación de la brecha cambiaria, caída de la paridad de los bonos del Tesoro, tanto los de deuda externa como interna, junto con una retracción adicional de la oferta de bienes y un incremento en el ritmo de las remarcaciones de precios, derivados de un salto de las expectativas de devaluación e inflación

“Aún antes de conocerse el recambio ministerial dicho conjunto de indicadores, anticipaban el deterioro, sobre todo después de verificarse que las metas comprometidas ante el FMI para el segundo trimestre se estaban cumpliendo con fórceps”, indica el economista. A esto se suman las dificultades para renovar la deuda pública en pesos, profundizadas durante junio, y que obligaron a la participación del Banco Central en el mercado secundario de bonos. Según Vasconcelos, reencarrilar la macro, exige, además de un soporte político del oficialismo gobernante, urgentes medidas, básicamente por el lado del gasto público, que permitan frenar este deterioro de las expectativas, y su efecto sobre la tasa de inflación, la brecha cambiaria, las reservas y las variables reales.

De acuerdo con un sondeo nacional realizado por Zuban

Córdoba y Asociados, dos elementos aparecen como necesarios en la consideración de la sociedad argentina:

• No hay reformas posibles sin un liderazgo político fuerte, con equipos de alta capacidad y un programa económico correctamente informado a toda la población (la encuesta fue realizada previo al recambio ministerial).

• El segundo, y quizás más importante, es el consenso, algo que la dirigencia de todos los espacios políticos no ha logrado encauzar.

“La principal tarea de un gobierno es generar consensos sobre sus propias medidas. Un shock es una medida que necesita de consensos transversales, en la política y en la sociedad. Sin esos consensos, cualquier reforma va a nacer sin posibilidades de éxito”, señala el diagnóstico al que accedió LA GACETA.

Otro sondeo, efectuado en todo el país por CB Consultora de Opinión Pública, marca que siete de cada 10 argentinos tiene una evaluación negativa de la manera de gestionar la economía por parte de la administración del presidente Alberto Fernández y seis de cada 10 desaprueba al Gobierno. Lo peor es que casi el 66% de los consultados están convencidos de que el Poder Ejecutivo no sabe cómo resolver los problemas.

Los ruidos políticos ponen nerviosos a los inversores y causan mayores niveles de desconfianza. El clima de incertidumbre no hace más que complicar la capacidad de administrar los serios desequilibrios fiscales, monetarios y cambiarios, cuya convergencia resultan cruciales para cumplir con las metas del FMI e intentar calmar las deterioradas expectativas de los agentes económicos, dice el economista Gustavo Ber. En ese sentido, el analista del mercado puntualiza que todo eso despierta crecientes preocupaciones por la acelerada emisión, ya no sólo a modo de financiamiento monetario, sino también producto de las intervenciones en la deuda en pesos. A su vez, esta estrategia financiera requiere de crecientes esfuerzos de esterilización para evitar sumar presiones a la dinámica de la inflación y las tensiones financieras que retroalimentan el circulo vicioso.

Junio se fue con una inflación promedio del 5% mensual. Este julio que recién empieza ha llegado con una pauta mucho mayor, que puede marcar un nuevo récord de suba sostenida mensual de precios.

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2022-07-06T07:00:00.0000000Z

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