La Gaceta

Unos 1.200 agentes están asignados a 400 custodias por violencia de género

VALERIA TOTONGI

La violencia contra las mujeres hace estragos en todo el mundo y Tucumán no es la excepción. Actualmente son 400 las custodias policiales domiciliarias por violencia de género, que requieren la guardia de unos 1.200 agentes, y el Observatorio de las Mujeres y por Razones de Género ya recibió 750 consultas sobre el tema en lo que va del año e hizo 3.800 intervenciones para acompañar psicológica, legal y socialmente a mujeres que sufren violencia, según aseguró Verónica Ale, titular del Observatorio que depende de la Secretaría de las Mujeres, Géneros y Diversidad del Ministerio de Desarrollo Social. “Esto implica muchísimos policías afectados todos los días e indica el altísimo nivel que tiene este tipo de violencia en Tucumán”, dijo José Ardiles, subsecretario de Seguridad.

El Observatorio de las Mujeres y Violencias por Razones de Género recibió a 750 mujeres este año. Por la cuarentena, muchas quedaron encerradas con sus agresores. En lo que va del año, hubo más de 100 femicidios en Argentina, que dejaron huérfanos a 80 niños. La Policía de Tucumán pide más pulseras electrónicas para detectar cuándo se incumple la restricción de acercamiento

Violencia verbal, física y psicológica, hostigamiento, persecución, amenazas, peligro para la vida propia o la de los seres cercanos, todas estas son razones por las que una mujer puede pedir ante un juez medidas para protegerse de un violento, que en la mayoría de los casos es su pareja o ex pareja. “Me persigue y no quiere entender que terminamos”, “dice que me va a quitar los chicos, y que no los voy a poder ver más”, “llama a mi trabajo o se para en la vereda, cuando es mi horario de salida”, “dice que se va a matar si me ve con otro”, “me insulta, me amenaza y le tengo miedo”, son relatos que escuchan casi a diario funcionarias e integrantes de las organizaciones que asisten o trabajan con mujeres en situación de violencia.

La violencia contra las mujeres ya tenía proporciones epidémicas y era un problema social y de salud antes de que se desatara la pandemia de coronavirus, hace ya más de un año. Así lo afirmó, en 2013, hace ocho años, la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta otra pandemia, empeoró durante el confinamiento, no sólo en Argentina, sino en todo el mundo

“En lo que va del año 2021, hemos recibido más 750 mujeres y realizado más de 3.800 intervenciones de acompañamiento psicológico, social, legal; resguardo en evaluaciones de riesgo; repatriación de mujeres en situación de violencia a sus provincias de origen, inclusión a programas y espacios grupales propios y la inscripción a programas nacionales como el Potenciar Trabajo y Acompañar; siempre en el marco de un abordaje integral”, relata Verónica Ale, del Observatorio de las Mujeres y Violencias por Razones de Género, que actualmente depende de la Secretaría de las Mujeres, Géneros y Diversidad del Ministerio de Desarrollo Social.

Actualmente, hay un total de 400 custodias policiales domiciliarias por violencia de género solamente en San Miguel de Tucumán. “Eso implica muchísimos policías afectados todos los días e indica el altísimo nivel que tiene este tipo de violencia en Tucumán”, dice el subsecretario de Seguridad de la Provincia, José Ardiles.

El año pasado, con el aislamiento, se notó el incremento de las denuncias. Y este año, esa tendencia se mantuvo. Con las pulseras electrónicas que dan aviso si el agresor no cumple restricción de acercamiento pasa algo parecido: no son suficientes. “En su momento se entregaron 75 pulseras, y hemos pedido 100 más”, dice Ardiles. Son pulseras duales, que están vinculadas: una la víctima y otra el acusado. Si detectan una cercanía menor a la permitida, alertan al 911 para que tome intervención la policía. El comisario está preocupado por la cantidad de custodias domiciliarias porque “es personal que se sustrae de la prevención de la delincuencia”. “Son 400 casos, que insumen tres efectivos (1.200 hombres afectados a custodia), en tres turnos, de 24 por 48 horas, en la casa de una vìctima de violencia de género”, dice. Una custodia se establece a partir de una orden judicial, es temporal (la primera suele ser por 30 días) y luego se reevalúa si hace falta que continúe. Como la problemática de fondo, en la mayoría de los casos, no se soluciona, de más está decir que siempre se pide que no se retire la custodia. El deber de diligencia de las fiscalías no se agota con el dictado de la orden. Ante la noticia de que la consigna policial no se está cumpliendo, se debe dar aviso al juez o jueza y a la fuerza de seguridad correspondiente para que se haga efectiva la medida de protección. En su Guía de actuación, la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) indica que la consigna policial en el domicilio de la víctima de violencia (establecida en la Ley Nacional 26.485 se debe ordenar sólo en los casos en los que existe un alto riesgo para su integridad o la de su grupo familiar, “durante el tiempo mínimo necesario para neutralizar ese riesgo (por ejemplo, localizar y detener al agresor)”. Se trata, dice la Guía, de una medida excepcional porque afecta el desarrollo de las actividades normales de la víctima y la obliga a restringir sus desplazamientos para estar protegida. No es una solución al problema de la violencia.

Para quien está aislada con el agresor, las medidas de confinamiento por la pandemia son la materialización de una pesadilla. En estos casos, las restricciones de circulación no se aplican, si la mujer necesita salir para hacer una denuncia.

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2021-06-21T07:00:00.0000000Z

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